TEXTOS DE HOBBES
"La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades corporales y mentales, que todos pueden pretender los mismos beneficios para sí. De esta igualdad de capacidades surge la igualdad en la esperanza de alcanzar nuestros fines; si dos hombres desean una cosa que no pueden gozar ambos, devienen enemigos, y en su camino hacia su fin (que es principalmente su propia conservación, y a veces sólo su delectación) se esfuerzan mutuamente en destruirse o subyugarse. No hay para el hombre más forma razonable de guardarse de esta inseguridad mutua que la anticipación, y esto es, dominar por fuerza o astucia a tantos hombres como pueda. Es por ello manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que les obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama guerra, una guerra como de todo hombre contra todo hombre."
"La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades corporales y mentales, que todos pueden pretender los mismos beneficios para sí. De esta igualdad de capacidades surge la igualdad en la esperanza de alcanzar nuestros fines; si dos hombres desean una cosa que no pueden gozar ambos, devienen enemigos, y en su camino hacia su fin (que es principalmente su propia conservación, y a veces sólo su delectación) se esfuerzan mutuamente en destruirse o subyugarse. No hay para el hombre más forma razonable de guardarse de esta inseguridad mutua que la anticipación, y esto es, dominar por fuerza o astucia a tantos hombres como pueda. Es por ello manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que les obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama guerra, una guerra como de todo hombre contra todo hombre."
HOBBES.
“Es cierto que determinadas criaturas
vivas, como las abejas y las hormigas, viven en forma sociable una con otra
(por cuya razón Aristóteles las enumera entre las criaturas políticas) y
no tienen otra dirección que sus particulares juicios y apetitos, ni poseen el
uso de la palabra mediante la cual una puede significar a otra lo que considera
adecuado para el beneficio común: por ello, algunos desean inquirir por qué la
humanidad no puede hacer lo mismo. A lo cual contesto: Primero, que los hombres
están en continua pugna de honores y dignidad y las mencionadas criaturas no, y
a ello se debe que entre los hombres surjan por esta razón, la envidia y el
odio, y finalmente la guerra, mientras que entre aquellas criaturas no ocurre
eso.
Segundo, que entre esas criaturas, el bien
común no difiere del individual, y aunque por naturaleza propenden a su
beneficio privado, procuran, a la vez, por el beneficio común. En cambio, el
hombre, cuyo goce consiste en compararse a sí mismo con los demás hombres, no
puede disfrutar otra cosa sino lo que es eminente.
Tercero, que no teniendo estas criaturas,
a diferencia del hombre, uso de razón, no ven, ni piensan que ven ninguna falta
en la administración de su negocio común; en cambio, entre los hombres, hay
muchos que se imaginan a sí mismos más sabios y capaces para gobernar la cosa
pública, que el resto; dichas personas se afanan por reformar e innovar, una de
esta manera, otra de aquélla, con lo cual acarrean perturbación y guerra civil.
Cuarto, que aun cuando estas criaturas
tienen voz, en cierto modo, para darse a entender unas a otras sus
sentimientos, necesitan este género de palabras por medio de las cuales los
hombres pueden manifestar a otros lo que es Dios, en comparación con el
demonio, y lo que es el demonio en comparación con Dios, y aumentar o disminuir
la grandeza aparente de Dios y del demonio, sembrando el descontento entre los
hombres, y turbando su tranquilidad caprichosamente.
Quinto, que las criaturas irracionales no
pueden distinguir entre injuria y daño y, por consiguiente,
mientras están a gusto, no son ofendidas por sus semejantes. En cambio el
hombre se encuentra más conturbado cuando más complacido está porque es
entonces cuando le agrada mostrar su sabiduría y controlar las acciones de
quien gobierna el Estado.
Por último, la buena inteligencia de esas
criaturas es natural; la de los hombres lo es solamente por pacto, es decir, de
modo artificial. No es extraño, por consiguiente, que (aparte del pacto) se
requiera algo más que haga su convenio constante y obligatorio; ese algo es un
poder común que los mantenga a raya y dirija sus acciones hacia el beneficio
colectivo”
HOBBES
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