miércoles, 21 de octubre de 2015

Fijismo y evolucionismo
El fijismo o teoría fijista es una creencia que sostiene que las especies actualmente existentes han permanecido básicamente invariables desde la Creación. Las especies serían, por tanto, inmutables, tal y como fueron creadas.
No es necesariamente contrario aceptar la evolución y la existencia de un Creador. Todo depende de la interpretación que demos a los textos sagrados. La teología cristiana no siempre ha estado ligada al fijismo a lo largo de su historia. Así, Tomás de Aquino y San Agustín negaron que Dios hubiera creado todas las especies en los primeros seis días. Según esta corriente teológica, Dios habría conferido un poder productor o creador a diferentes elementos de la Naturaleza y este poder sería el responsable de la creación de vida en distintos momentos de la historia de la Tierra.

Primeros pasos hacia una teoría.
Presentación
Los primeros científicos que intentaron dar una explicación a la gran variedad de especies fósiles que se iban descubriendo, trabajaban siguiendo el método científico. Aun así, tenían unas profundas convicciones religiosas y eran fijistas y creacionistas.
Había que dar una explicación a aquellas formas petrificadas de animales y vegetales. En algunos casos, llegaron a conclusiones que les hicieron replantearse sus creencias, cosa difícil en la sociedad de la época. Sus trabajos forjaron las bases para las posteriores teorías.
Los fósiles: primeras pruebas.
El descubrimiento de fósiles desde la Antigüedad, así como otros datos de la naturaleza, habría llevado a pensadores de muchas culturas a intuir la idea de evolución, como fue el caso de Anaximandro (siglo VI a. C), en la Grecia clásica. Pero durante una época de sequía intelectual y científica, la presencia de “piedras” con forma de animales o plantas derivó en varias posibilidades:
• Son caprichos de la naturaleza.
• Son seres que perecieron en las catástrofes bíblicas.
• Pueden ser restos de seres vivos muy antiguos, convertidos en roca por un proceso químico desconocido.
Solo la última provoca el nacimiento de una investigación para dar una explicación, saber cómo ha ocurrido, qué eran esos seres y cuándo vivieron. ¿Y por qué no? ¿Es que había miedo a que los dogmas fueran derrumbados?

Primeras hipótesis: científicos que sentaron las bases de la teoría de la evolución.

Clasificación y evolución (Linneo)
La necesidad de dar nombre a todas la especies conocidas y a las muchas que se van descubriendo lleva a Carlos Linneo (1707-1778) a agruparlas por semejanzas, con lo cual nace también un árbol genealógico, que se completará posteriormente por abajo con las especies fósiles. Inevitablemente aparece el concepto de evolución de las especies, aun cuando Linneo fuera fijista.
Evolución y degeneración (Buffon)
El gran problema de la época es que, si la ciencia habla de “especies extinguidas”, la obra del Creador no es perfecta, dado que algunas no han funcionado. Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), acepta los cambios evolutivos, pero en sentido inverso. Los monos son degeneraciones del hombre, el burro del caballo, etc.
Paleontología y evolución (Cuvier)
Georges Cuvier (1769-1832), gran impulsor del estudio de los fósiles (Paleontología), se basa en los mismos y en los seres actuales, a los cuales agrupa por sus características estructurales (dentición, forma, etc.) y se crea así la anatomía comparada. Pero sus conclusiones caen en el fijismo, y propone la teoría de las grandes catástrofes para la extinción de las especies evitando de nuevo poner en entredicho la obra del Creador.
El equilibrio dinámico (Lyell)
Contemporáneo de Cuvier, Lyell (1797-1875), abogado y geólogo, representa la corriente gradualista, contraria al fijismo, y explica los cambios geológicos y biológicos mediante periodos sucesivos de extinción y creación. Su obra Principios de Geología sirve de inspiración a Charles Darwin.
Lamarck y la adaptación: la necesidad crea el órgano
 Jean Baptiste de Monet, caballero de Lamarck (1744-1829), reconoce el cambio en las especies y lo explica mediante dos fuerzas que, combinadas, son las causantes del árbol evolutivo: por un lado, la tendencia de la naturaleza hacia el aumento de la complejidad; por otro, la acomodación de los organismos al medio externo y la herencia de tales adaptaciones a sus descendientes (ley del uso y desuso de los órganos y ley de la herencia de los caracteres adquiridos).
Lamarck todavía defendía la “generación espontánea”, por la cual los seres vivos (p.ej. los ratones) pueden aparecer a partir de ropa vieja o granos de trigo y dota a los fluidos internos de los organismos de la capacidad para modificar los órganos de los mismos.

Fuente: http://www3.gobiernodecanarias.org/aciisi/cienciasmc/web/u4/contenido2_u4.html

martes, 6 de octubre de 2015



TEXTO DE HESSEN SUBRAYADO

J. HESSEN, Teoría del conocimiento. Ed. Espasa Calpe.

Capítulo 1º: La esencia de la filosofía. Resumen.

¿Qué método podemos seguir para definir filosofía?
Se podría intentar, ante todo, obtener una definición esencial de la filosofía partiendo de la significación de la palabra. La palabra filosofía procede de la lengua griega y vale tanto como amor a la sabiduría, o lo que quiere decir lo mismo, deseo de saber,  de conocimiento. Es palmario  que esta significación etimológica de la palabra filosofía es demasiado general para extraer de ella una definición esencial.
Podría pensarse en recoger las distintas definiciones esenciales que los filósofos han dado de la filosofía en el curso de la historia y, comparándolas unas con otras, obtener una definición exhaustiva. Pero tampoco este procedimiento conduce al fin buscado. Las definiciones esenciales que encontramos en la historia de la filosofía discrepan tanto, muchas veces, unas de otras, que parece completamente imposible extraer de ellas una definición esencial unitaria de la filosofía. Compárese, por ejemplo, la definición de la filosofía que dan Platón y Aristóteles –que definen la filosofía como la ciencia pura y simplemente- con la definición de los estoicos y de los epicúreos, para quienes la filosofía es una como aspiración a la virtud o a la felicidad, respectivamente. O compárese con la de Überweg según la cual la filosofía es: como la ciencia de los principios”. Tales divergencias hacen vano el intento de encontrar por este camino una definición esencial.
A tal definición sólo se llega, pues, prescindiendo de dichas definiciones y encarándose con el contenido histórico de la misma. Pero el procedimiento que acabamos de señalar parece destinado al fracaso, porque tropieza con una dificultad de principio. Se trata de extraer del contenido histórico de la filosofía el concepto de su esencia. Mas para poder hablar de un contenido histórico de la filosofía necesitamos –parece- poseer ya un concepto de la filosofía,  Necesitamos saber lo que es filosofía, para sacar su concepto de los hechos. Sin embargo, no es así. No partimos de un concepto definido de filosofía, sino de la representación general que toda persona culta tiene de ella. Acerca de muchos productos del pensamiento cabe dudar que deban considerarse como filosofía. Pero toda duda de esta especie enmudece tratándose de: Platón y Aristóteles, Descartes y Leibniz, Kant y Hegel. Si profundizamos en ellos, hallamos ciertos rasgos esenciales comunes como:
1.º, la orientación hacia la totalidad de los objetos; 2.º, el carácter racional, cognoscitivo, de esta orientación.
Con esto hemos logrado un concepto esencial de  la filosofía muy formal aún.  Enriqueceremos el contenido de este concepto considerando los distintos sistemas, no aisladamente, sino en su conexión histórica. Se trata, por tanto, de  abrazar con la mirada la total evolución histórica de la filosofía en sus rasgos principales.
Sócrates aspira a endereza sus pensamientos y aspiraciones a edificar la vida humana sobre la reflexión. Platón no se dirige sólo a los objetos prácticos, a los valores y virtudes, sino también al conocimiento científico como  una autorreflexión del espíritu sobre lo verdadero, lo bueno y lo bello.
La filosofía de Aristóteles presenta un aspecto distinto. El Espíritu de Aristóteles se dirige preferentemente al conocimiento científico y a su objeto: el ser y la ciencia del ser:“filosofía primera” o  metafísica. Los estoicos y epicúreos entienden la filosofía en palabras de Cicerón como “maestra de la vida, la inventora de las leyes, la guía de toda virtud”. Es decir, como filosofía de la vida.
Al comienzo de la Edad Moderna volvemos a marchar por las vías de la concepción aristotélica. Los sistemas de Descartes, Spinosa y Leibniz revelan todos la misma dirección hacia el buscan conocimiento del mundo objetivo. En Kant toma de nuevo el carácter de la autorreflexión de la autoconcepción del espíritu.
En el siglo XIX revive el tipo aristotélico de la filosofía en los sistemas del idealismo alemán, principalmente en Schelling y Hegel.
Este movimiento conducirá, por un lado, a la completa desvalorización de la filosofía como la que se revela en el materialismo y el positivismo, y, por otro lado, a una renovación del tipo kantiano, como la que ha tenido lugar en el neokantismo, consistente en la eliminación de todos los elementos materiales y objetivos. Como respuesta surge una tendencia renovadora del aristotelismo. Tenemos todavía, por un lado una metafísica inductiva como la de  Hartman, Wund y Driesch, y por otra, a una filosofía de la intuición, como la que encontramos en Begson, y en otra forma, en la moderna fenomenología representada por Husserl y Scheler.
Esta ojeada histórica sobre la evolución total del pensamiento filosófico nos ha conducido a determinar otros dos elementos en el concepto esencial de la filosofía. Caracterizaremos uno de estos elementos con el término “concepción del yo, y el otro con la expresión “concepción del universo”. La historia de la filosofía se presenta finalmente como un movimiento pendular entre estos dos elementos.  Pero ello prueba precisamente que ambos elementos pertenecen a aquel concepto esencial. La filosofía es ambas cosas una concepción del yo y una concepción del universo. Pero todavía podemos establecer una conexión más profunda entre ambos elementos esenciales. Como prueban Platón y Kant, existe entre ellos relación de medio a  fin. La reflexión del espíritu sobre sí mismo es el medio y el camino para llegar a una imagen del mundo, a una visión metafísica del universo. Podemos decir, pues, en conclusión: La filosofía es un intento del espíritu humano para llegar a una concepción del universo mediante la autorreflexión sobre sus funciones valorativas teóricas y prácticas.
Hemos obtenido esta definición esencial de filosofía por un procedimiento inductivo. Pero podemos complementar este procedimiento inductivo con un procedimiento deductivo. Éste consiste en situar la filosofía dentro del conjunto de las funciones superiores del espíritu, en señalar el puesto que ocupa en el sistema total de la cultura como la ciencia, el arte, la religión y la moral. 
La moral se refiere al lado práctico del ser humano, puesto que tiene por sujeto la voluntad, la filosofía pertenece por completo al lado teórico del espíritu humano.
Existe afinidad entre la filosofía y la ciencia,  en cuanto que ambas descansan en la misma función del espíritu humano, en el pensamiento. Pero ambas se distinguen por su objeto. Mientras que las ciencias especiales tienen por objeto parcelas de la realidad, la filosofía se dirige al conjunto de ésta.
¿Qué relación guarda ahora la filosofía con las dos restantes esferas de la cultura, con el arte y la religión?
La respuesta es: existe profunda afinidad entre estas tres esferas de la cultura. Todas ellas están entrelazadas por un vínculo común, que reside en su objeto. El mismo enigma del universo y de la vida se halla frente a la poesía, la religión y la filosofía. Todas ellas quieren en el fondo resolver este enigma, dar una interpretación de la realidad, forjar una concepción del universo. Lo que las diferencia es el origen de esta concepción. Mientras la concepción filosófica del universo brota del conocimiento racional, el origen de la concepción religiosa del mismo está en la fe religiosa. El principio de que procede y que define su espíritu es la vivencia de los valores religiosos, la experiencia de Dios. Por eso, mientras la concepción filosófica del universo pretende tener una validez universal y ser susceptible de una demostración racional, la aceptación de la concepción religiosa del universo depende de factores subjetivos.
La filosofía es también esencialmente distinta del arte. La concepción del  universo que tiene el artista no procede del pensamiento puro, debe su origen más bien a la vivencia y a la intuición. El artista y el poeta no crean su obra con el intelecto, sino que la sacan de la totalidad de las fuerzas espirituales. El poeta y el artista no están atentos directamente a la totalidad del ser, como el filósofo. Su espíritu se dirige, en primer término, a un ser y proceso concretos. Y al representar éstos, elevan a la esfera de la apariencia, de lo irreal. PeroLo peculiar de esta representación consiste en que en este proceso irreal se manifiesta el sentido real; en el proceso particular se expresa el sentido y significación del proceso del universo. El artista y el poeta, interpretando primordialmente un ser o un proceso particulares, dan indirectamente una interpretación del conjunto del universo y de la vida.
Si intentamos definir en resumen la posición de la filosofía en el sistema de la cultura, debemos decir lo siguiente: la filosofía tiene dos caras: una mira a la religión y al arte; la otra a la ciencia.

MÉTODOS PARA LLEGAR A UNA DEFINICIÓN ESENCIAL DE FILOSOFÍA.

1.    Desde su definición etimológica:
1.1.        La palabra filosofía procede de la lengua griega y significa amor a la sabiduría.

Conclusión del punto 1: Es demasiado formal.


2.    Desde las distintas definiciones dadas por los filósofos para obtener de ellas una definición esencial.
2.1.        Platón y Aristóteles: definen la filosofía como la ciencia pura.
2.2.        Los estoicos como una aspiración a la virtud.
2.3.        Los epicúreos como una aspiración la felicidad.
2.4.        Überweg: como la ciencia de los principios

Conclusión del punto 2: Las definiciones son tan diferentes entre sí que es imposible encontrar por este camino una definición esencial de filosofía.


3. Método inductivo. Desde el contenido histórico de la filosofía.

3.0. Buscar rasgos generales de la filosofía. Encontramos una dificultad: parece que deberíamos poseer previamente un concepto de filosofía. Pero en realidad partimos de la representación general que toda persona culta tiene de la filosofía y de filósofos de los que no cabe ninguna duda que lo sean (Platón, Aristóteles, Descartes y Leibniz, Kant y Hegel)
        
Conclusión del punto 3.0.: La filosofía está orientada hacia la totalidad de los objetos y es un saber de carácter racional. Es un concepto esencial de  la filosofía muy formal aún.

3.1. Considerar los distintos sistemas filosóficos en su conexión histórica.

3.1.1. Sócrates busca edificar la vida humana sobre la reflexión.
3.1.2. Platón no sólo se dedica a estudiar cuestiones prácticas sino que también al conocimiento científico como autorreflexión del espíritu sobre lo verdadero, lo bueno y lo bello.
3.1.3. Aristóteles estudia el conocimiento científico y su objeto: el ser.
3.1.4. Los estoicos y epicúreos entienden la filosofía como maestra de la vida.
3.1.5. Edad Moderna Descartes, Spinosa y Leibniz se dirigen al conocimiento del mundo objetivo. En Kant toma de nuevo el carácter de la autorreflexión de la autoconcepción del espíritu.
3.1.6. En el siglo XIX revive el tipo aristotélico en Schelling y Hegel.

 Conclusión del punto 3.1.:
Hay dos elementos esenciales de la filosofía: La concepción del yo y la concepción del universo. La historia de la filosofía se nos manifiesta como un movimiento pendular de la una a la otra. Entre estos dos elementos existe una relación de medio a fin.
Por tanto, podemos decir que la filosofía es un intento del espíritu humano para llegar a una concepción del universo mediante la autorreflexión sobre sus funciones valorativas teóricas y prácticas.


4. Método deductivo. Situar la filosofía dentro del conjunto de las funciones superiores del espíritu como la moral, la ciencia, la religión y el arte.

4.1.          Filosofía y moral. La moral se refiere al lado práctico, la filosofía al teórico.
4.2.          Filosofía y ciencia. Ambas descansan en el pensamiento. Pero se distinguen por su objeto: las ciencias especiales tienen por objeto parcelas de la realidad, la filosofía al conjunto de ésta.
4.3.          Filosofía con el arte y la religión. Las tres quieren el enigma del universo y de la vida. Pero difieren en el origen de sus respuestas.

4.3.1. Filosofía y religión. La concepción filosófica del universo brota del conocimiento racional, el origen de la concepción religiosa es la vivencia de los valores religiosos, la experiencia de Dios, de factores subjetivos.
4.3.2. Filosofía y arte. El artista y el poeta no crean su obra con el intelecto, la filosofía sí.  El artista y el poeta usan la totalidad de las fuerzas espirituales. Su espíritu se dirige a un ser y proceso concretos, irreal. La filosofía se dirige directamente a lo universal. Pero el artista y el poeta dan indirectamente una interpretación del conjunto del universo y de la vida.


Conclusión del punto 4: la filosofía tiene dos caras una mira a la religión y al arte; la otra a la ciencia.