VOCABULARIO
POLÍTICO.
Absolutismo: Principio político
según el cual la persona que ejerce el poder no está sujeta a ningún
control; su autoridad es absoluta,
ilimitada. Para algunos representantes de esta teoría, la autoridad tiene su
origen trascendente, divino. Prevaleció en Europa, sobre todo, entre los siglos
XV y XVIII. Según el absolutismo el monarca no era responsable de nada de lo que
hiciera. Estaba por encima de las leyes. Todo cuanto hiciera estaba autorizado a priori por los súbditos en virtud del
contrato social. Teóricos destacados dos puntos Maquiavelo, Hobbes, Bobino,
Bossuet…
Totalitarismo: Se dice del régimen
político que ejerce fuerte intervención en todos los órdenes sociales de la
vida de los individuos de una sociedad. Ejemplo fascismo y nazismo
Fascismo: Doctrina política de carácter nacionalista
y totalitario cuyo principal teórico fue Benito Mussolini El nombre se deriva
de la palabra italiana “fascio” que significa haz, y que en la antigua Roma era el emblema que precedía a los cónsules. El conjunto de varas de madera
formando un haz, símbolo de la fuerza que da la unión. El fascismo más que
principios teóricos tiene un conjunto de principios de acción, es más bien una
técnica de poder. Su lenguaje es vanguardista, pero sus instituciones son
tradicionalistas. Trata de revivir épocas gloriosas pasadas y tiene todo un
ceremonial público de grandes epopeyas. El Estado es sumamente poderoso y tiene
como lema: “Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada en contra del
Estado. Defiende el elitismo económico y social y sostiene ideas mesiánicas. Es
militarista. Sus estructuras son rígidas y con autoridades altamente
centralizadas. Ve la sociedad como una gran familia y al caudillo como al
padre. La sociedad está organizada a base de corporaciones: Estado corporativo
Nazismo: Teoría y práctica de las doctrinas
sostenidas por Adolfo Hitler, en que combinan nacionalismo y expresiones
socialistas. Hitler se inspiró en las ideas fascistas de Mussolini. El
nacionalsocialismo mezcló teorías racistas y proyectos de reformas sociales.
Sostenía que la raza aria era la única raza pura, a la que pertenecían los
alemanes. Practicaba el antisemitismo y culpaba a los judíos de todos los males
que sufría la humanidad. No creía en la democracia. Era elitista. Para Hitler
el Estado tiene un carácter de organización al servicio de un fin, que es el
mantenimiento y el desenvolvimiento de una comunidad de seres humanos de la
misma especie, tanto en lo físico como en lo moral. Internamente el Estado debe
proteger y vigilar para que se mantenga la pureza de la sangre de la comunidad,
y externamente, velar por que haya un espacio vital suficiente y que se lleve a
cabo la dominación “natural” de la llamada raza aria. Dos poderosos auxiliares
del Estado deben ser: la propaganda, dirigida a las masas, y la educación,
dirigida a los individuos.
Tecnocracia: Gobierno en manos
de los técnicos. Intervención de los técnicos en las funciones de gobierno de
un Estado. En un régimen basado en la preeminencia de los especialistas, tales
como economistas, ingenieros, físicos, etcétera, que hacen las determinaciones
políticas. En la tecnocracia, por tanto, el poder político es ejercido por los
técnicos y empresarios, es decir, por quienes ostentan el poder de la industria,
las finanzas, la administración, por los altos funcionarios de los
servicios públicos, sin exceptuar el ejército.
Democracia: etimológicamente tiene sus bases en el antiguo griego y se forma con los vocablos “demos”, que se traduce como “pueblo”, y “Kratós”, que puede entenderse como “poder” o “gobierno”. La noción comenzó a ser empleada en el siglo V antes de Cristo en Atenas.
Existen varios tipos de democracias. Cuando
las decisiones se adoptan en forma directa por el pueblo, se habla de democracia directa o pura. Una
democracia indirecta o representativa
hace referencia al sistema donde las decisiones son tomadas por aquellas
personas a los que el pueblo reconoce como sus representantes legítimos, los
cuales son elegidos a través de un sufragio por todos los ciudadanos. Y estamos
frente a una democracia participativa
cuando el modelo político permite que los ciudadanos se organicen para ejercer
influencia directa sobre las decisiones públicas.
La forma más común en la que se ejerce la democracia
hoy en día son sistemas representativos,
los cuales pueden ser presidencialistas
(con un poder ejecutivo con una cabeza bien definida, como es el caso de las
repúblicas con presidente, al cual lo ayudan ministros y secretarios), parlamentarios (un grupo de personas
forman el parlamento en torno al cual gira las decisiones de gobierno existe
presidente pero tiene poderes restringidos) y sistemas colegiados (una combinación entre sistemas parlamentarios y
presidencialistas, donde el poder ejecutivo lo integran varias personas
escogidas por el arlamento los cuales van turnándose el cargo de presidentes).
Anarquismo: Doctrina que trata
de que se establezca una organización social basada en los acuerdos privados
entre todos los miembros de la sociedad. De acuerdo con esta doctrina, debe
desaparecer todo tipo de autoridad política, tanto del Estado como su función
característica que es el gobierno. La asociación de los hombres debe ser
completamente libre. Dentro del anarquismo hay dos corrientes una individualista
que no busca la eliminación de la propiedad privada y otra colectivista que
exige la propiedad común.
Anarquismo individualista: corriente impulsada
por Max Stirner y por Pedro José Proudhon. Según Stirner, todo lo que sea ajeno
al individuo es una cortapisa o una coacción a su realización plena. Preconiza
una “asociación de los egoístas”. El yo, decía, rechaza toda ley que no sea la
de su propio capricho y de cualquier otro fin que no sea él mismo. Proudhon por
su parte esgrimía razones colectivistas para consagrar derechos individuales y
a la comunidad la asignaba un papel de proteger la igualdad individual.
Anarquismo colectivista: los principales
impulsores de esta corriente fueron Miguel Bakunin y Pedro Kropotkin. Los
principales características de ésta son: Persigue destruir toda autoridad
coercitiva, exige la propiedad común, cree en la felicidad de toda la
comunidad, basada en la asociación voluntaria y en la ayuda mutua, desarrollada
en alto grado; parte de que el hombre posee una bondad natural que ha sido
tergiversada a través de la historia; preconiza la transformación del orden
natural mediante la revolución; sostiene que los obreros controlen directamente
la industria y la agricultura, sin la intervención de ninguna institución con
poder, como el Estado o cualquier otra; la vida social debe estar regida por
compromisos de cada uno con cada uno, establecidos espontáneamente como
verdadero contrato social.
Comunismo sistema económico y
social que se instaura cuando culmina el proceso socialista revolucionario
marxista. Marx en El
Capital analiza la economía capitalista, comienza con un análisis de
la mercancía. Llamamos mercancía a cualquier cosa que es elaborada con vistas a
su intercambio por cualquier otra. Toda mercancía tiene un valor de uso y un
valor de cambio.
El valor de uso es el que tiene en virtud de sus
"cualidades” específicas (así la harina, la tela, un coche, unos zapatos)
que permiten satisfacer determinadas necesidades.
El valor de cambio es el valor común a diverso tipo de
mercancías y que permite cambiar unas por otras. Este valor es puramente
cuantitativo, lo que permite, para facilitar los intercambios, medirlo en
dinero. El valor de cambio es el valor social de un producto medido en
horas/hombre necesarias para producirlo. La medida se hace por lo necesario para producirlo dada la situación de
desarrollo social en ese momento
Dado que en la sociedad capitalista todo tiende a
convertirse en mercancía, la fuerza de trabajo de cada trabajador acaba también
convertida en mercancía. Si bien, en una mercancía muy especial, ya que es la
que permite la producción de mercancías. El valor de cambio de esta mercancía
se determina como el de cualquier otra, por el valor en horas/hombre del
trabajo necesario para producir todo tipo de cosas que mantengan al trabajador
y a su familia con vida y en condiciones de seguir produciendo. Ahora bien, el
valor que produce el trabajador para el capitalista y el que éste le paga (lo
necesario para su automantenimiento) son diferentes, y en esto radica la
ganancia del capitalista. A esa diferencia llama Marx plusvalía. La plusvalía
es la diferencia que hay entre lo que cuesta en cantidad de trabajo mantener al
propio trabajador en condiciones de trabajar y lo que cuesta lo que éste produce.
Este segundo valor es siempre mayor que el primero. La diferencia (que será
tanto mayor cuanto más y mejor sea la organización social del trabajo) es
apropiada por el capitalista, de donde saca ganancia (a costa de la explotación
del trabajo del trabajador).
La propia lógica del desarrollo del capitalismo será la que
produzca las condiciones para su superación. En efecto, el capitalista necesita
competir con sus mercancías en el mercado. Para hacerlo en condiciones
ventajosas necesita acelerar la producción (con una producción cada vez a mayor
escala, con mayor inversión en tecnología, etc.). Este desarrollo de la
producción produce los siguientes efectos: (1) por un lado una concentración de
capital en cada vez menos manos (la pequeña burguesía y los pequeños
empresarios incapaces de competir acabarán arruinados y pasarán a engrosar las
filas del proletariado). (2) Por otro, una sociedad cada vez más organizada y
centralizada. Pues bien, llegará un momento en que esa sociedad ya
perfectamente organizada podrá prescindir de la minoría dueña del capital, con
una simple revolución (esa organización impuesta por las necesidades del
sistema capitalista pasará a ser autoorganización). Ésta será la batalla
definitiva en la lucha de clases, ya que, al ser ahora la inmensa mayoría de la
población la que toma el poder en sus manos, no hay lugar para otra división en
poseedores y desposeídos.
Los
seguidores de Marx sostenían que todo poder político está siempre al servicio
de una clase dominante, incluso el de las sociedades liberales y democráticas.
Por ello, propugnaban:
1. La toma
de poder del Estado por una vanguardia obrera que instaurase una dictadura del proletariado.
2. Socializar los medios de producción
(que pasarían a ser gestionados por el Estado).
3. Eliminar
la propiedad privada, causa de las desigualdades sociales y de la explotación. Etapa socialista.
4.
Finalmente, instauración del comunismo,
que conlleva la destrucción del propio Estado (la sociedad, en la que ya no
existiría la propiedad privada y, por lo tanto, la desigualdad entre clases, se
organizaría ella sola). Puesta en practica
del principio de “cada uno según sus posibilidades a cada uno según sus
necesidades”
La
revolución de 1917, que convirtió a Rusia en la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (y la oleada de revoluciones que le siguieron en el Este
de Europa, China, Cuba, etc.) se hizo siguiendo los planteamientos de Marx y
Engels.
No hay comentarios:
Publicar un comentario