Fijismo y evolucionismo
El fijismo o teoría fijista es una creencia que sostiene que las
especies actualmente existentes han permanecido básicamente invariables desde la Creación. Las
especies serían, por tanto, inmutables, tal y como fueron creadas.
No es necesariamente contrario aceptar la evolución y la
existencia de un Creador. Todo depende de la interpretación que demos a los
textos sagrados. La teología cristiana no siempre ha estado ligada al fijismo a
lo largo de su historia. Así, Tomás de Aquino y San Agustín negaron que Dios
hubiera creado todas las especies en los primeros seis días. Según esta
corriente teológica, Dios habría conferido un poder productor o creador a
diferentes elementos de la
Naturaleza y este poder sería el responsable de la creación
de vida en distintos momentos de la historia de la Tierra.
Primeros pasos hacia una teoría.
Presentación
Los primeros científicos que intentaron dar una explicación a la
gran variedad de especies fósiles que se iban descubriendo, trabajaban
siguiendo el método científico. Aun así, tenían unas profundas convicciones
religiosas y eran fijistas y creacionistas.
Había que dar una explicación a aquellas formas petrificadas de
animales y vegetales. En algunos casos, llegaron a conclusiones que les
hicieron replantearse sus creencias, cosa difícil en la sociedad de la época.
Sus trabajos forjaron las bases para las posteriores teorías.
Los fósiles: primeras pruebas.
El descubrimiento de fósiles desde la Antigüedad , así como
otros datos de la naturaleza, habría llevado a pensadores de muchas culturas a
intuir la idea de evolución, como fue el caso de Anaximandro (siglo VI a. C),
en la Grecia
clásica. Pero durante una época
de sequía intelectual y científica, la presencia de “piedras” con forma de
animales o plantas derivó en varias posibilidades:
• Son caprichos de la naturaleza.
• Son seres que perecieron en las catástrofes bíblicas.
• Pueden ser restos de seres vivos muy antiguos, convertidos en
roca por un proceso químico desconocido.
Solo la última provoca el nacimiento de una investigación para
dar una explicación, saber cómo ha ocurrido, qué eran esos seres y cuándo
vivieron. ¿Y por qué no? ¿Es que había miedo a que los dogmas fueran
derrumbados?
Primeras hipótesis: científicos que sentaron las bases de la teoría de
la evolución.
Clasificación y evolución (Linneo)
La necesidad de dar nombre a todas la especies conocidas y a
las muchas que se van descubriendo lleva a Carlos Linneo (1707-1778) a
agruparlas por semejanzas, con lo cual nace también un árbol genealógico, que
se completará posteriormente por abajo con las especies fósiles.
Inevitablemente aparece el concepto de evolución de las especies, aun cuando
Linneo fuera fijista.
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Evolución y degeneración (Buffon)
El gran problema de la época es que, si la ciencia habla de
“especies extinguidas”, la obra del Creador no es perfecta, dado que algunas
no han funcionado. Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), acepta
los cambios evolutivos, pero en sentido inverso. Los monos son degeneraciones
del hombre, el burro del caballo, etc.
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Paleontología y evolución (Cuvier)
Georges Cuvier (1769-1832), gran impulsor del estudio de los
fósiles (Paleontología), se basa en los mismos y en los seres actuales, a los
cuales agrupa por sus características estructurales (dentición, forma, etc.)
y se crea así la anatomía comparada. Pero sus conclusiones caen en el
fijismo, y propone la teoría de las grandes catástrofes para la extinción de
las especies evitando de nuevo poner en entredicho la obra del Creador.
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El equilibrio dinámico (Lyell)
Contemporáneo de Cuvier, Lyell (1797-1875), abogado y geólogo,
representa la corriente gradualista, contraria al fijismo, y explica los
cambios geológicos y biológicos mediante periodos sucesivos de extinción y
creación. Su obra Principios de Geología sirve de inspiración a Charles
Darwin.
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Lamarck y la adaptación: la necesidad
crea el órgano
Jean Baptiste de Monet, caballero de Lamarck
(1744-1829), reconoce el cambio en las especies y lo explica mediante dos
fuerzas que, combinadas, son las causantes del árbol evolutivo: por un lado,
la tendencia de la naturaleza hacia el aumento de la complejidad; por otro,
la acomodación de los organismos al medio externo y la herencia de tales
adaptaciones a sus descendientes (ley del uso y desuso de los órganos y ley
de la herencia de los caracteres adquiridos).
Lamarck todavía defendía la “generación espontánea”, por la cual los seres vivos (p.ej. los ratones) pueden aparecer a partir de ropa vieja o granos de trigo y dota a los fluidos internos de los organismos de la capacidad para modificar los órganos de los mismos. |
Fuente: http://www3.gobiernodecanarias.org/aciisi/cienciasmc/web/u4/contenido2_u4.html